De Roma a Belén
Declaración Red Laical en Chile
La elección del
cardenal Jorge Bergoglio como el Papa
Francisco nos tomó de sorpresa y con el paso de los días nos ha regalado
alegría y alimentado la esperanza de cambios en la Iglesia. La crisis que
vivimos es profunda y compleja, afectando a todo el Pueblo de Dios y a todo
proyecto de Nueva Evangelización.
Los cambios que
hay que hacer y que claman al cielo, desde los más importantes y urgentes, los reconocemos hoy en el rostro del Papa
Francisco, donde “Francisco no es un nombre, es un proyecto de la Iglesia,
pobre, sencilla, evangélica y desprovista de todo poder”(teólogo Leonardo
Boff).
Creemos que algunos
de los desafíos que debemos abordar en la hora presente de cara a la Nueva
Evangelización son:
- “Volver a Jesús”. Tenemos necesidad de
convertirnos a ÉL y a su proyecto del Reino de Dios. La invitación es a
quedarnos con Jesús (cf Juan 1,39), a verlo, a escucharlo, a buscar el Reino de
Dios y su justicia y lo demás se nos
dará por añadidura (cf Mateo 6,33). Encuentro con Jesús que vaya forjando una
Iglesia de la misericordia más que de ritos y condenaciones (cf Mateo 12,7).
- “Iglesia pobre y para los pobres”. Dios
se hizo visible en la persona de Jesús, quien nació pobre, vivió como pobre y
murió pobre. Su vida fue “anunciar a los pobres la Buena Nueva…proclamar la
liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los
oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (Lucas 4,18-19). Al igual que
el Papa Francisco “¡cómo nos gustaría tener una Iglesia pobre y para los pobres¡”,
dando lugar a estilos de vida sencillos, austeros, fraternos y solidarios. Una
Iglesia que esté dispuesta a compartir la suerte de los pobres, que deje de ser
vista como rica en bienes y poderosa en influencias. Tomar el camino de los
pobres nos acerca a Dios y nos libera.
- “De Roma
a Belén”. Hay que hacer reformas profundas a la Iglesia y la Curia,
a la manera de gobernar en el seno de la Iglesia, donde “el que quiera ser el
primero entre ustedes, que sea vuestro esclavo”(Mateo 20,27). Hay que desprenderse
de tantos símbolos de poder, avanzar en gestos y estilos de vida sencillos y
cercanos. Necesitamos cultivar un rostro más confiable y creíble.”El no de
Francisco (de Asís) a este tipo imperial de Iglesia no podía ser más radical,
es lo que podríamos llamar una protesta profética” (teólogo Joseph Ratzinger).
Precisamos reformas eclesiales que pasen por construir los puentes con las
otras Iglesias cristianas de manera de dar un signo de unidad en la diversidad
que resulte creíble al mundo de hoy, una Iglesia en comunión.
- “Un Pueblo de Dios con acento laical y
femenino”. Desde el origen hemos sido mayoría y por siglos una “mayoría
silenciosa”. Necesitamos recuperar el protagonismo del mundo laical y avanzar
hacia “la plena igualdad de la mujer en la vida y en los ministerios de la
Iglesia” (Pedro Casaldáliga). Un nuevo cónclave perderá validez si no se
incorpora la voz y voto de las Conferencias Episcopales, la de los laic@s en
general y de las mujeres en particular."Hay laicos que realmente viven en serio su fe, se juegan, que
creen que Jesús está vivo y esperan en la resurrección pero mientras tanto no
se rascan la guata [la panza], como dicen los chilenos, sino que trabajan
esperando que venga el Señor y preparando el camino. Hay un problema, lo dije otras
veces: la tentación de la clericalización. Los curas tendemos a clericalizar a
los laicos. No nos damos cuenta pero es como contagiar lo nuestro. Y los laicos
—no todos pero muchos— nos piden de rodillas que los clericalicemos porque es
más cómodo ser monaguillo que protagonista de un camino laical. No tenemos que
entrar en esa trampa, es una complicidad pecadora. Ni clericalizar ni pedir ser
clericalizado. El laico es laico y tiene que vivir como laico con la fuerza del
bautismo, lo cual lo habilita para ser fermento del amor de Dios en la misma
sociedad, para crear y sembrar esperanza, para proclamar la fe, no desde un
púlpito sino desde su vida cotidiana. Y llevando su cruz cotidiana como la
llevamos todos. Y la cruz del laico, no la del cura. La del cura que la lleve
el cura que bastante hombro le dio Dios para eso”(cardenal Bergoglio, AICA, noviembre 2011). Por un laicado adulto y
responsable.
- “Testigos del Reino”. La vida cristiana
y la institucionalidad de la Iglesia están al Servicio del Reino de Dios, donde
están los testigos de corazón limpio, los que abrazan la paz y su justicia, los
profetas y los mártires, los pobres y los pecadores. Anunciamos el rostro de un
Dios compasivo, que haga a su Iglesia más humana y creíble. Testigos que sean discípulos fieles y
misioneros audaces. “Venga a nosotros tu Reino”.
- “Dibujando puentes con la sociedad”.
Necesitamos dialogar desde la experiencia cristiana con la ciencia y la
cultura, la política y la ecología, de manera tal que podamos “hacer actual, comprensible
y creíble a nuestros contemporáneos el mensaje de Jesús”, lo que nos permita
“interpretar los signos de los tiempos para dar un mensaje que responda a las
preguntas que el hombre y la mujer de hoy se hacen” (Carta Pastoral Obispos de
Chile). Los cristianos somos mundo, en el campo y la ciudad, en las empresas y
en las calles, motivados por la misión de humanizar el desarrollo, haciendo
nuestras “las demandas justas que exigen reparar siglos de marginación e
injusticia” (Carta Pastoral obispos de Chile).
-
“Hacer Fiesta más que practicar ritos”.
Muchas de las autoridades de la Iglesia viven más preocupadas del cumplimiento
de las normas litúrgicas que del sentido sacramental y pastoral de nuestras
celebraciones. “Tenemos que recuperar el sentido festivo, comunitario, alegre,
sencillo y religioso en nuestras celebraciones”(Carta pastoral Obispos de
Chile). Celebrar la Pascua de Jesús en la vida de todos los días.
- “Reencantar a los y a las jóvenes”. Nos
hemos vuelto una Iglesia de viejos y viejas. Necesitamos abrir de par en par las puertas a los y las
jóvenes de nuestras poblaciones y universidades en una clara opción preferente
por los pobres. “Todavía cantamos, todavía soñamos” con una Iglesia joven.
Hay que buscar
odres nuevos para acoger el vino que se ofrece y regala, desde los Evangelios,
rescatando las enseñanzas del Concilio Vaticano II a Aparecida, donde “Aparecida no termina con
un documento, termina con una misión” (cardenal Bergoglio). Como laicos y
laicas mantenemos viva la esperanza, el
sueño de una Iglesia sencilla a la manera de Jesús de la mano de María.
Porque creemos
que “Dios nos amó primero, hay que darse por entero y ponerse a caminar” en
esta hora donde queremos trabajar para que nuestro tiempo se transforme en el
Año de la gracia del Señor.
Beatriz Véliz – CEBICLAR
Francisco Lazo – RodrigoMuñoz - RED ECUMENICA
BIBLICA
Andrés Marambio -
PAST. JUVENIL ZONA OESTE
Raúl Rosales – CENTRO ECUMENICO DIEGO DE MEDELLIN
Herminia Morales – MISIONEROS CLARETIANOS
Patricio Fernández – Marcos Maricoy - SAN CAYETANO –
LA LEGUA
Carola Tapia – Karla Huerta - CVXJ
Pedro Pablo Achondo – S.S.C.C.
Jaime Escobar– María Jesús - REVISTA REFLEXION Y
LIBERACION
Manuel Hidalgo – Oscar Torres – Sergio Torres - AMERINDIA
Marco Velasquez – CEB REENCUENTRO CON CRISTO
HUECHURABA
Ricardo Díaz – CEB PADRE OSVALDO MARTINEZ PARROQUIA
LA VICTORIA
Alvaro Sepúlveda – HERMANOS MARISTAS LA PINTANA
José Alarcón – Vittorio Allende – Claudia Rozas –
Juan Carlos Navarrete
COMUNIDADES LAICAS MARIANISTAS
Julio Jimenez – PARROQUIA SAN PEDRO Y SAN PABLO
Juan Subercaseaux – TAMBIEN SOMOS IGLESIA
Red Laical en Chile
Santiago, 24 de marzo de 2013 - Fiesta Domingo de Ramos