Muchos no habían nacido o éramos muy niños
cuando fue fusilado Jorge de Carmen Valenzuela Torres, allá por el año 1963, popularmente conocido
como, el “Chacal de Nahueltoro”. Eran otros tiempos y en Chile existía la
vergonzosa pena de muerte.
La película de Miguel Littin de 1969 presenta
la paradoja de la rehabilitación de un campesino asesino, alcohólico e ignorante,
que aprende a leer, el oficio de hacer guitarra. Un sacerdote lo acompaña
espiritualmente - Eloy Parra- , quien será gran defensor de su causa, quien solicitó infructuosamente un indulto
presidencial. Lo educa en la fe católica, y Jorge Valenzuela se arrepiente y…
después es fusilado por gendarmería, cumpliendo órdenes de la justicia de Chile.
El cineasta refleja en su película esta paradoja que muestra la inconsistencia de nuestra sociedad
frente a los hermanos que han caído en la cárcel por diversas razones.
Escribo estas letras no para conmemorar 50
años de una aberración tan grande como los crímenes cometidos por el “chacal”
ni contra él, sino para “descubrirnos
como sociedad repitiendo la historia” y darnos cuenta que esta lógica se sigue
manteniendo.
La lógica de Chacal de Nahueltoro ahora es
social, no los fusilamos de inmediato, pero pareciera que se da ese refrán
antiguo que dice: “Ojos que no ve, corazón que no siente”.
El Gobierno de Chile frente a los hermanos
indigentes o en “situación de calle”, como se les llama hoy, ha implementado
políticas de albergues masivos por 69 días. Después deben “volver a la calle e
indigencia”. De allí salieron y allí vuelven.
Se busca que no mueran en este período de tiempo en la calle. Después
del día 70, parecen nuevamente no importarnos.
Creemos que como sociedad hemos dado buenos
pasos. Acaba de anunciar el Presidente en homenaje al Padre Hurtado, una
nueva Política Nacional de Calle. Sin
duda que esta norma pretende dar respuesta a
esta situación, pero a todas luces es insuficiente y debe ser ampliada y
complementada con la experiencia de tantos que voluntariamente están junto al
caído en alcohol, droga, o en quiebre familiar, que lo lleva a la calle,
engrosando la triste estadística nacional. De acuerdo al Catastro Calle
realizado el año 2011 existen 12.255 personas en situación de calle. De ellas
2.003 son adultos mayores y 725 son
niños.
Digámoslo con todas sus letras, el “Estado de
Chile”, no el gobierno de turno, no puede repetir la lógica del Chacal de
Nahueltoro. Los albergados a lo largo de todo Chile después de 69 días de
volver a una cama limpia, de poder bañarse y alimentarse bien una vez al día,
de comenzar a socializar, de festejarle su cumpleaños, de interesarse por
rehabilitarse de su adicción, de querer rehacer sus lazos familiares y
laborales, se le “dice” vuelvan a la calle.
La lógica del Chacal de Nahueltoro se mantiene, y ahora es social… no se le fusila
pero casi se le sentencia a muerte, en la calle, porque decidimos nuevamente no
verlos. Sentenciado a muerte por
indiferencia social por el Estado de Chile y todos sus habitantes. Que más
claro, que más duro y que más inhumano.
René Cabezón Yáñez ss.cc.
Miembro equipo Albergue Padre Esteban Gumucio
Parroquia San Pedro y San Pablo
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