26 de octubre de 2012

EL MENSAJE DE LOS LUNES: Desde la fe, comentando el día a día

LAS ELECCIONES Y EL PODER
Por Enrique Moreno Laval sscc
Se aproximan las elecciones municipales. Estamos a muy pocos días de su realización. Nuestras calles están llenas de fotografías de candidatos a alcaldes y concejales, con simpáticas sonrisas, con frases llenas de promesas, con confesiones de amor eterno por la comuna. Todos quieren ganar. ¿Para qué finalmente? Por cierto, quisiéramos que fuera para servir, tan solo para servir, y no para servirse del poder alcanzado ya sea en provecho propio o del grupo que representan. 

Plantearse la pregunta, con la duda incluida, con la sospecha, no es una falta de respeto. Es una expresión de realismo: tantas veces hemos experimentado que quienes tienen el poder se aprovechan de él. Y no queremos más de lo mismo.

Jesús fue muy claro al respecto. Cuando dos de sus discípulos (lo leíamos el domingo recién pasado), Santiago y Juan, le pidieron soberbiamente a Jesús sentarse uno a su derecha y el otro a su izquierda, cuando él estuviera en su gloria, recibieron una fuerte reprimenda. Jesús los comparó con los tiranos, con los que abusan del poder, se creen dueños de las personas y de los pueblos, y los someten con injusticia. Enérgicamente les dice Jesús: “¡Entre ustedes, no debe ser así!”

No deberíamos jamás olvidar estas palabras de Jesús. Constantemente, en cualquier circunstancia que nos encontremos, al tener en nuestras manos aunque sea la más mínima cuota de poder, deberíamos repetirnos una y otra vez: entre nosotros, no debe ser así. No podemos copiar el modelo que se nos impone. No podemos reproducir las injusticias y desigualdades que nos hacen sufrir. Aunque todos tiendan a actuar de esta manera, entre nosotros no debe ser así.

En las elecciones municipales del domingo que viene, cada uno ejercerá el derecho, pero también el deber, de votar. Es el modesto ejercicio de la democracia que de vez en cuando expresamos de esta manera. Cada uno habrá hecho ya su opción: tal persona, tal agrupación. El domingo por la tarde algunos habrán ganado, otros habrán perdido. Volveremos a hacer confianza en que el poder alcanzado por algunos no sea para la dominación sino para el servicio. Desde nuestra fe en Jesús permaneceremos vigilantes para recordárselo.

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