27 de agosto de 2012

EL MENSAJE DE LOS LUNES: Desde la fe, comentando el día a día

MEMORIA DEL PADRE ESTEBAN
Por Enrique Moreno Laval sscc

En esta semana, que comienza el lunes 27 de agosto, estaremos haciendo memoria día tras día de nuestro querido padre Esteban Gumucio. Estamos en la semana que precede a un nuevo aniversario de su nacimiento (98 años, el 3 de septiembre) y queremos recordarlo de muchas maneras y con gente muy variada. Diversas comisiones han venido trabajando para honrar su memoria en torno a las artes, a la familia, a la acción social, a los ancianos, a los niños y los jóvenes. El domingo 2 de septiembre daremos gracias por su vida en la eucaristía dominical de las 12:00 horas en nuestra sede parroquial.

El padre Esteban nos marcó a muchos con su testimonio de hombre de Dios, centrado en Jesús, derramando bondad, comprensión y compasión, a cuanto ser humano encontró en el camino. Jamás hizo diferencias con nadie, a todos acogió en la riqueza de la diversidad de cada uno, a todos nos animó a creer más en el ser humano, confiados en aquella fuerza que nos viene de aquel en quien hemos puesto nuestra fe, nuestra confianza: Jesús. De hecho, su paso en medio de nosotros ha sido como el paso del mismo Jesús por nuestras calles y pasajes, por nuestros paseos y plazas, por nuestras casas y sedes sociales. Por cada una de nuestras comunidades, las que fueron naciendo en el tiempo motivadas por ese primer empuje que el padre Esteban nos entregó.

La presencia de su cuerpo en nuestra sede parroquial, desde 2008, lo consideramos una bendición para todos nosotros y, a la vez, un signo del compromiso que debemos renovar cada día como discípulos de Jesús y misioneros de su Evangelio. Me cuento entre los que a menudo visitamos su sepultura para detenernos un rato y “conversar” con él nuestras penas, nuestras preocupaciones, nuestros sueños, nuestras esperanzas. Y debo decirlo: ¡nos hace tanto bien!
La tarea sigue. ¿Cómo hacer de nuestra parroquia, efectivamente, una comunidad de “misioneros con Cristo en la vida del pueblo”? Los que ya somos agentes pastorales en ella, renovando nuestro compromiso desde la raíz misma del corazón. Los que estuvieron cerca y hoy están lejos, preguntándose a fondo si no ha llegado la hora del retorno a casa para sumar y servir. Los que no están, exigiéndonos a los que estamos un testimonio coherente en la tarea común por construir un mundo más humano para todos. Es lo que nos diría hoy el propio padre Esteban.

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