CONOCIENDO A JESÚS
Por Enrique Moreno Laval sscc
Si alguien
quiere conocer en profundidad a Jesús, no tiene otro camino mejor que ir
directamente al texto del Evangelio. Dicho texto, que tiene cuatro versiones
correspondientes a los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), no
pretende tanto contarnos una biografía de Jesús sino las impresiones que Jesús
dejó en sus seguidores, expresadas en el recuerdo de algunos de sus dichos y
hechos. Un cristiano que quiera tomar en serio su condición de creyente no
puede prescindir de este testimonio entregado por los libros de los evangelios.
Pero no bastará
con una simple lectura. Será necesario ir más allá del texto mismo, estudiando
su contexto histórico y social, intentando reconstruir de la mejor manera lo
que allí se quiso decir, para sacar enseguida conclusiones prácticas para
nuestra situación de hoy. La lectura de aquel texto de ayer la hacemos desde
nuestro día de hoy, para provecho de este tiempo nuestro.
Pero más aún.
Será importante fijarse con detalle en la actitud de Jesús frente a las personas,
cómo las trata, qué importancia les asigna en su actuar, de qué manera las
acoge, qué capacidad tiene de comprenderlas y de compadecerlas, qué hace para
que en definitiva se sientan acogidas y amadas, e invitadas a crecer
humanamente. Y enseguida, percibir cómo todo esto le viene a Jesús desde esa
profunda comunión suya con su Padre Dios.
Si
cada día pudiéramos leer un trozo del Evangelio y lo saboreáramos de esta
manera, ciertamente conoceríamos más a Jesús, pero sobre lo amaríamos más, y nos
dejaríamos transformar por él. ¿Por qué no intentarlo?
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