12 de septiembre de 2011

EL MENSAJE DE LOS LUNES: Desde la fe, comentando el día a día

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Perdón: difícil, pero posible
Por Enrique Moreno Laval sscc

El perdón debe ser una de las actitudes humanas más difíciles de llevar a cabo. Cuando una persona ha sido ofendida, y ha sido objeto de un daño sin motivo, la herida es profunda en el alma. Es normal que surja entonces la rabia, el rencor, junto a la pena y a la incomprensión. Si a ese rencor se le deja echar raíces y se transforma en un sentimiento obsesivo, es fácil que se llegue al deseo de venganza e incluso a ejecutarla de una vez. Reaparece en el ser humano ese instinto inhumano del “ojo por ojo, diente por diente”.

El gran líder de la India, Mahatma Gandhi, decía: “ojo por ojo… y quedaremos todos ciegos”. Ocurre que todos tenemos deudas unos con otros; por algún motivo nos ofendemos, a partir de nuestra naturaleza frágil y vulnerable. Y si creemos que la solución a estos problemas consiste en la revancha permanente e indiscriminada, terminaremos todos dañados sin remedio. Para Jesús, la solución no tiene nada que ver con la venganza, tiene que ver con el perdón.

En el evangelio de este pasado domingo 11 de septiembre (¡qué fecha para hablar de perdón!), Jesús nos llamaba a “perdonar de corazón” a nuestro hermanos. Y nos contaba la historia de aquel rey que, en un gesto desproporcionado, perdonó una inmensa deuda a uno de sus súbditos cuando este tan solo le pedía un plazo para pagar. Sin embargo, perdonado de esta manera, no fue capaz de darle siquiera un plazo a su compañero que le debía una suma tanto menor y le pedía clemencia. Jesús quiere dejar en claro la enorme distancia que hay entre el modo de actuar de Dios y el modo de actuar de nosotros sus creaturas.

Sin pedir y otorgar perdón vamos hacia la destrucción de todo lo humano. No hay otro camino para la humanidad que la reconciliación profunda entre todos. Es difícil, pero posible. No olvidaremos jamás el daño recibido, pero podemos perdonar, consiguiendo que la memoria del daño se integre serenamente como una lección aprendida para que “nunca más”.

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