Por Enrique Moreno Laval sscc
Durante este mes de mayo de 2011, se han estado realizando las primeras comuniones en las diversas comunidades de nuestra parroquia San Pedro y San Pablo. Han sido momentos hermosos, llenos de significado, donde no faltó la emoción y donde sobró el cariño. Nuestros niños y niñas nos conmueven con su amor por Jesús, y con su deseo sincero de seguir conociéndolo y compartiendo ese amor en la comunidad.
El propósito es que la primera comunión ya realizada no se transforme en una etapa cumplida y terminada, sino en una etapa dentro de un proceso que continúa y que permanece durante toda la vida. De aquí la idea de que los grupos de primera comunión se transformen de inmediato en grupos pre-juveniles que aseguren esa continuidad. Será la responsabilidad de quienes animan las comunidades y, particularmente, de los animadores juveniles de cada una de ellas.
Me impresionó ayer el testimonio de Claudio y Alejandra, en la CEB San Esteban, cuando ambos como matrimonio fueron presentados como los nuevos catequistas del nuevo grupo de papás y mamás. Dijeron: “Nosotros nos conocimos hace años siendo juntos ACN en esta misma comunidad. Después nos quisimos y nos casamos. Hoy tenemos una hermosa familia junto a nuestras hijas. Hemos conversado entre nosotros y hemos concluido que no podíamos dejar de prestar este servicio de catequistas en la misma comunidad que nos acogió y nos formó hace tantos años”.
El aplauso agradecido de la comunidad confirmó que es así como se va transmitiendo la fe entre nosotros los cristianos. Que es así como se van generando las vocaciones laicales en la Iglesia. Que así, niños y adultos, vamos creciendo como testigos del amor entregado de nuestro Señor Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario