Hace 48 años…
Por Enrique Moreno Laval sscc
Nos preparamos en estos días para celebrar
juntos los 48 años de vida de nuestra querida parroquia San Pedro y San Pablo. La
fiesta será el mismo día de nuestros santos patronos, el viernes 29 de junio,
en nuestra sede parroquial. Será un momento para agradecer de corazón por tanto
bien recibido y, también, reconozcámoslo con sinceridad y modestia, por tanto
bien entregado.
Nuestra parroquia nació en 1964, acompañada
por la presencia del padre Esteban Gumucio y otros tres sacerdotes jóvenes de
la Congregación de los Sagrados Corazones. El Concilio Vaticano II, entonces a
punto de concluir, fue confirmando todos los criterios pastorales que
estuvieron en el origen de la parroquia: centralidad de Jesús, ministerio sacerdotal
fraterno, protagonismo de los laicos, comunidades de base, lectura y reflexión
de la Palabra, celebraciones vinculadas a la historia diaria, servicio
comprometido con la vida del pueblo. Con más y con menos, este empeño ha estado
presente en estos 48 años.
Pero si bien tenemos “una historia gloriosa
para recordar y contar”, tenemos todavía “una gran historia que construir”,
parafraseando una famosa frase de Juan Pablo II. Y es esta última tarea la que
debe concentrarnos desde ahora en adelante. Hay desafíos importantes en los que
poner nuestro mejor esfuerzo: en la pastoral juvenil (tenemos pocos jóvenes
comprometidos), en la comunión eclesial (nos cuesta a veces llevarnos bien), en
el servicio solidario (hay más necesidades de lo que pensábamos), en la vida de
fe (debemos vivir centrados en Jesús).
Una celebración como la de este viernes que viene, debe unir al recuerdo un compromiso renovado por ser de veras la Iglesia de Jesús, en medio de este mundo particular en el que estamos llamados a servir. Aprovechemos la oportunidad para expresar todo esto con alegría, con fuerza, con una creciente esperanza. Hagamos de nuestro lema, “misioneros con Cristo en la vida del pueblo”, una verdad cada día más evidente y más gozosa.
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