COMIENZO DE AÑO
Por Enrique Moreno Laval sscc
Es muy probable que, al comenzar 2012, hayamos vuelto a pensar en aquel
dicho: “Año nuevo, vida nueva”. Y no está mal, porque expresa un secreto anhelo
que todos llevamos dentro: el de hacer mejor las cosas, el de ser mejores
personas, el que la vida entera sea mejor para todos. Para eso, un grupo de
personas (no muchas) nos reuníamos ayer domingo en el templo parroquial para
pedir bendición al Señor celebrando la eucaristía.
La primera lectura, tomada de un viejo libro de la Biblia llamado de
los Números, nos contaba que Moisés enseñó a su hermano sacerdote Aarón cómo él
y sus descendientes deberían bendecir al pueblo. De esta manera: “Que el Señor
los bendiga y los proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ustedes y
les conceda su favor. Que el Señor los mire con cariño y les conceda la paz”.
Hermosa bendición que compromete el cariño de Dios por esta raza humana que él
mismo ha creado.
Pero no es suficiente pedir bendición al Señor al comienzo de este año.
Esta bendición otorgada por Dios también nos compromete, a cada uno de los que
somos bendecidos, a ser a nuestra vez bendición para nuestros hermanos y
hermanas, bendición para toda la humanidad. Es decir, debemos comunicar esa
protección de Dios al desprotegido, debemos hacer brillar la luz de Dios sobre
los rostros de todos los oscuros, debemos dar el favor que Dios promete a todos
los desfavorecidos, debemos mirar con cariño al otro que es mi hermano y mi
hermana y construir juntos la paz. Cuenta el Génesis, otro libro antiguo de la
Biblia, que Dios le dijo a Abraham: “Yo te bendeciré y sé tú una bendición”.
Es mi saludo de año nuevo en estas horas, que Dios nos bendiga y haga
de nosotros en 2012 una bendición para todo el pueblo.
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